Pensamientos y reflexiones de David Wilkerson

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En este breve resumen, vemos el corazón de un siervo de Dios, que permaneció fiel hasta el final. Como Pastor, profeta y evangelista  y siendo un ejemplo para nuestras propias vidas. Sigamos el mensaje del Apóstol Pablo a los Filipenses “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”.  Filipenses 3:9  Que Dios bendiga tu vida con estos pensamientos y reflexiones.

 Para la iglesia en Tiatira:

El problema con la iglesia en Tiatira era un coqueteo con ministerios seductores y diabólicos. Imagínate la reacción del pastor cuando leyó estas palabras: “Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: «El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego” (Apocalipsis 2:18).

La carta sigue con una aprobación: “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (2:19). Una vez más, Cristo está diciendo: “Conozco tus obras. Tu amor, fe, servicio y perseverancia son mayores ahora que cuando comenzaste”. Lo mejor de todo, el Señor les dice: “Sé que me amas”. Él no los reprende por perder intimidad con Él.

Pero entonces leemos estas penetrantes palabras: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (2:20).

Exactamente, ¿quién es esta Jezabel mencionada aquí? Jesús está hablando de pastores falsos. Él está reprendiendo al pastor en Tiatira por tolerar ministros codiciosos que seducen a Su pueblo. La referencia de Jezabel aquí indica más que sólo ministros codiciosos. Estos falsos pastores en realidad hacen maquinaciones para llevar a cabo y cumplir sus lujurias. Dicho de manera simple, el nombre Jezabel es un sobrenombre para todo lo que es malo y detestable a los ojos del Señor.

¡Qué cuadro tan impactante tenemos! Estas son personas que aman al Señor, hombres y mujeres devotos a Dios. Ellos han perseverado, han dado fielmente y aman a Jesús. ¿Cómo puede ser que estos creyentes sean atraídos a falsos profetas? ¿Cómo pueden ser seducidos por ministros malvados a quienes Dios desprecia?

A lo largo de los evangelios, Jesús advierte acerca de falsos pastores que buscan devorar y engañar a muchos. Sin embargo, la falta de discernimiento en multitudes que permanecen en sus falsos evangelios, me impacta. ¿Te ha pasado esto a ti? ¿Se alimenta tu alma en algún evangelio distinto que en realidad es demoníaco? ¿Tomas un mensaje de predicadores que capturan tus deseos y toman el último centavo para construir sus deseos?

 Jesús amonesta a aquellos que han estado fielmente en contra de los ministros de Jezabel: “Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga” (2:25). Él está diciendo: “Has aprendido verdadero discernimiento. No permitas que cualquier viento y ola de doctrina te derribe. Así que, por ahora, solo sigue resistiendo. No te dejes engañar. Eso es todo lo que te pido. No pondré ninguna otra carga sobre ti hasta que Yo regrese” (ver 2:24).

Para la Iglesia de Efeso:

Muchas iglesias hoy están haciendo tantas cosas buenas y caritativas en el nombre de Cristo. Tienen programas para casi cada necesidad humana y la congregación vive vidas limpias y rectas, cuidadosos en evitar el pecado. Pero algo ha cambiado en ellos. En una época, estos creyentes eran devotos en su comunión con Jesús. No transcurría un solo día sin pasar tiempo a solas con Él. Pero ahora las cosas son diferentes. Todo lo que Le dan es un saludo rápido camino a alguna obra. ¿Cuán serio es esto para Jesús?

Jesús nos está advirtiendo: “Algo se ha perdido en Mi iglesia. Es mi asombrosa presencia. Deben volver al lugar secreto de oración, de vuelta a cenar conmigo. De lo contrario, quitaré Mi presencia de ustedes. Todas sus buenas obras, sus predicaciones, evangelismos y generosidades, deben brotar de nuestro tiempo juntos. Deben provenir de Mi mesa”.

La iglesia en Éfeso (Apocalipsis 2:11) había perdido algo que una vez poseyó: La presencia manifiesta de Cristo en medio de ella. Habían comenzado a tomar la presencia de Jesús por sentada y estaba afectando su ministerio. En otro tiempo, ellos se amaban y tenían cuidado uno del otro. Pero ahora, aun eso lo tomaban por sentado. Y eso tuvo un efecto desastroso en sus labores para hacer buenas obras. Estaban tan ocupados sirviendo a la gente, que sus obras se convirtieron en el enfoque, no el amor de Cristo. Su presencia poderosa estaba ausente.

Ahora Jesús les advertía: “Si no hacen cambios; si no vuelven a su hambre por Mí, voy a quitarles su testimonio. No tendrán ninguna autoridad cuando hagan sus buenas obras. Todo será en vano”.

La iglesia de Éfeso, descrita en Apocalipsis 2, había perdido la presencia de Cristo de en medio de ella que una vez poseyeron. Veo un paralelo en el mundo de hoy. Algunas de las personas más duras que he conocido, son las que han trabajado para los departamentos de bienestar y agencias sociales. Estas personas eran trabajadores sinceros y dedicados, pero era demasiado doloroso para ellos enfrentar el sufrimiento que veían diariamente. Lo mismo puede sucederles a los cristianos. Ministros y siervos laicos también ven tanto dolor y pecado en la gente a quienes ministran, que pueden llegar a endurecerse. Eso es lo que Jesús estaba diciéndole a este pastor en Éfeso: “Una vez fuiste tan tierno con los demás. Tenías tal amor por la gente y los escuchabas. Pero ahora has puesto oídos sordos. Te sientas con ellos, pero te has endurecido a sus clamores. Estás ejerciendo el ministerio como sobre una máquina caminadora, sin vida. No tengo otra opción que quitar Mi presencia de ti”.

Las personas hambrientas espiritualmente, no se quedan donde la presencia de Jesús no es evidente. Están desesperadas por conocer Su intimidad y cuando no la experimentan, van a otro lugar a encontrarla. Recibo muchas cartas con la misma queja: “No encuentro una iglesia que esté viva con la presencia del Señor”.

Para  Tu Casa:

¿Las personas que te visitan perciben la presencia de Jesús en tu casa? El aroma de Su santidad, ¿impregna a tu familia, tu matrimonio y tus relaciones? ¿Hay las lágrimas de intercesión por miembros de tu familia, clamores de quebrantamiento, un deseo sincero de arreglar todo lo malo? ¿O, gobierna la carne?

Cada hogar cristiano debe ser un lugar elevado, una montaña de separación del mundo y la carne, un vestíbulo santo de banquete con Cristo. Sin embargo, esto no sucede en muchos hogares cristianos porque han sido contaminados por la suciedad. Se le da permiso de entrada a la maldad obscena y vil a través de la TV, de películas y del Internet.

Cuan asombrados deben estar los ángeles mientras presencian tal maldad en hogares que deberían estar cultivando la presencia de Jesús. Multitudes de cristianos ahora pasan su tiempo entreteniéndose en la pornografía del Internet, alquilando videos sensuales, bebiendo la corrupción en la TV y aún van a los cines y pagan para oír el nombre de Cristo siendo blasfemado. Y luego se preguntan por qué la sombra de la muerte espiritual merodea sobre sus hogares.

Es la obra del Espíritu Santo traer y mantener la presencia y el poder de Cristo en nuestros hogares, en nuestras iglesias y en nuestros corazones. Pero multitudes siguen contristando el Espíritu con idolatría. ¿Qué sentido tiene que oremos por nuestros seres queridos inconversos, cuando nuestros propios hogares están contaminados?

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