El Significado Del Momento

326941AF-1FE2-4B7D-BA2B-BBD5E265B0E7Hoy es el día de perseverar y no cansarnos de hacer el bien.  «No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos» (Gálatas 6:9).  Y si no es usted un cristiano, o no está caminando bien en su fe, hoy es el día para volver al Señor. “Una sola vida, que pronto terminará; Sólo lo que hacemos por Cristo durará.» 

   Por Rich Carmicheal

«Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.”  ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana!  ¿Qué es su vida?  Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece.  Más bien, debieran decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”» (Santiago 4:13-15).

«…El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha.  Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer?  No tengo dónde almacenar mi cosecha.”  Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes.  Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años.  Descansa, come, bebe y goza de la vida.”  Pero Dios le dijo: “¡Necio!  Esta misma noche te van a reclamar la vida.  ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”» (Lucas 12:16-20).

«Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que entre la sabiduría en nuestro corazón» (Salmo 90:12).

La Palabra de Dios nos recuerda que la duración de nuestra vida presente no es cierta.  Aunque tenemos la promesa que la vida venidera es eterna, no sabemos si lo que queda de nuestras vidas en esta tierra será cuestión de años, meses, semanas, días, horas o minutos.  Y aunque vivamos una vida larga, «Mis días han sido más ligeros que un correo; huyeron sin haber gustado la dicha» (Job 9:25).

Agregado a la brevedad y a la incertidumbre de la vida es el hecho de que el tiempo mismo, como lo conocemos, se va a acabar.  Las Escrituras nos advierten que «nos queda poco tiempo» (1 Corintios 7:29) y que «ya se acerca el fin de todas las cosas» (1 Pedro 4:7).  Jesús viene de nuevo, vuelve, y no sabemos ni el día ni la hora de Su venida.

Nosotros que pertenecemos al Señor, podemos, por supuesto, anticipar con placer al Día en que Cristo regrese.  Y, si se demora el Señor, podemos anticipar a nuestra partida de este mundo, porque como dice al Apóstol Pablo, que «es muchísimo mejor partir y estar con Cristo» (Filipenses 1:23).  «Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo» (Filipenses 3:20) y «…recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable…reservada en el cielo para ustedes» (1 Pedro 1:4).

Aunque sí tenemos tanta esperanza y podemos anticipar con fervor y entusiasmo a la vida que nos espera, debemos apreciar y aprovechar el tiempo que Dios nos ceda en esta vida presente.  El Apóstol Pablo, por ejemplo, mientras confesaba que partir y estar con Cristo es mucho mejor, también reconocía la importancia de continuar su vida y su ministerio para el beneficio de otros.  El escribió, «Convencido de esto, sé que permaneceré y continuaré con todos ustedes para contribuir a su jubiloso avance en la fe» (Filipenses 1:25).  Como Pablo, podemos aprovechar cualquier tiempo adicional que el Señor nos conceda para hacer una diferencia en las vidas de otros.

Entonces, ¿cuánto tiempo tenemos para compartir el amor del Señor y Su Palabra con otros?  Todo lo que sabemos es que tenemos este momento.  Tenemos el día de hoy sin ninguna garantía para mañana.  Como así es, la Biblia nos advierte a mantener un sentido de urgencia.  Considere estos pasajes:

«Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos.  Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos» (Romanos 13:11).

«¡Estén alerta!  ¡Vigilen!  Porque ustedes no saben cuándo llegará ese momento» (Marcos  13:33).

«Ya se acerca el fin de todas las cosas.  Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada.  Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados» (1 Pedro 4:7-8).

«Así que tengan cuidado de su manera de vivir.  No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos» (Efesios  5:15-16).

«…Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!» (2 Corintios 6:2).

Amigo, el regalo de cada día nuevo no se debe dar por sentado.  «Las gracias de Jehová no se han acabado, Sus misericordias no se han agotado.  Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad» (Lamentaciones 3:22-23) y Su misericordia está presente para capacitarles a tocar las vidas de otros con el amor del Señor y con Su Palabra.  Hoy es el día para compartir su tiempo, su energía y sus recursos por el bien de otros.  Hoy es el día para obrar con entusiasmo en el nombre del Señor.  «Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano» (1 Corintios 15:58).  Hoy es el día de perseverar y no cansarnos de hacer el bien.  «No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos» (Gálatas 6:9).  Y si no es usted un cristiano, o no está caminando bien en su fe, hoy es el día para volver al Señor.

«Una sola vida, que pronto terminará; Sólo lo que hacemos por Cristo durará.»

 

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.